Hace unas semanas leía el libro Este dolor no es mío, que habla de constelaciones familiares y, metido en eso, e intentando comprender un poco el mundo desde ese punto de vista, surgió este dibujo.

Y como no tengo muchas palabras para hoy, simplemente propongo la idea de pensar en nuestras familias.
Ver cuan parecidos somos y cuán diferentes a la vez. Y agradecer por ambos.
En cuán dependientes e independientes somos. Y de nuevo agradecer.

Muchas veces pienso en la familia en la que me tocó nacer, tanto como en la familia que formamos con mi pareja. Y no puedo más que agradecer, ambas.

Muchas veces veo familias desarmarse y, admito que me duele hasta el tuétano, pero también comprendo que el pegarse tanto, simplemente por ser familia, no es motivo, no es razón suficiente para soportar maltrato de cualquier tipo.

Fabián Ciarlotti dice algo así como:

Lo que sucede conviene.

Y adhiero plenamente a eso.

Es más, me gustaría convertirlo en mantra, ya que al aceptar lo que nos pasa porque por algo pasa, tu visión del día a día cambia.

Nacemos de una madre. Con la colaboración de un padre. Y, con suerte, entre ambos velan para que podamos crecer lo mejor posible. El resto, creo, es como siempre la humanidad generando cosas raras que por momentos parecen ser para bien y en otros parecen ser medio enfermitas.
Y por momentos las intuyo, en otros las niego y otras veces las festejo.

Siento que todo el tema merece un análisis más serio, pero no me siento, hoy, con las posibilidades de hacerlo.

Así que lo dejo acá, por si alguno necesitaba un tema raro rebotando en la cabeza por un rato. Pero recordando siempre que “lo que sucede conviene”, por algo sucede, por algo se presenta, por algo viene. Todo está bien. No estoy seguro de que existan las decisiones malas ni las elecciones erradas.

Para ser un día que no tenía nada que decir, me parece que ya está bien.

Los abrazo.