Cayo helada, nieve y lluvia y con ellas cayeron las hojas de los árboles.
En mi interior aprovecho para que sigan cayendo todos esos paradigmas que traje de no se dónde y que alguna vez creí que eran verdades absolutas.
Puede que me lleve todo el otoño dejar atrás tantas dudas, creencias, miedos y puntos de vista que hoy no siento como míos.
Pero estoy firmemente convencido que vale la pena.
Tip: Cómo hacerlo? Es simple:
– Lo que te hace bien te carga las pilas, te da energías, te hace sentir mejor, te da una sonrisa y ganas de vivir.
– Lo que te hace mal, te tira abajo, te aburre, te molesta, te enoja, te baja la energía, te enferma, te perjudica.
Y no hay ningún pero ningún motivo lógico para elegir esto último, aunque generalmente es por miedo (a estar solo, a que no alcance, a no tener guita, a que me ridiculicen, a que se enoje, a enfermarme, a morirme, etc…).
Pensalo desde este lado, analizalo. Puede que hoy no tengas fuerzas, energías o suficiente convicción para cambiar.
Pero si sabés qué es lo que deberías dejar atrás, ya estás muchos pasos más cerca.
Y cuando sientas que llegó tu próximo otoño, podés largarlo como hace el árbol con las hojas, para limpiarte, para descansar, para cargar pilas y así poder despertarte, más adelante, a una nueva vida absolutamente renovado.