LogoLogo
  • blog
  • artista
    • Mentorias personalizadas
  • Galerías de fotos
    • portfolio
    • fotos nuevas
    • los paisajes
      • los paisajes naturales
      • los paisajes rurales
      • los paisajes urbanos
    • la vida silvestre
      • las aves
      • los mamíferos
      • los invertebrados
      • los reptiles
    • la flora
      • la flora patagonica
      • la flora exótica
    • la naturaleza
    • la cultura patagonica
    • las misceláneas
    • los monocromos
    • Fotos destacadas de cada año.
  • stock
  • el pedido
    • Guías fotográficas de naturaleza.
    • Venta de junio de 2022.
  • contacto
  • Lado B
    • susurros del bosque
      • Polaroids
      • Relatos por países
      • El Camino de Santiago
    • Otros reflejos.
    • visiones del bosque
      • todos los dibujos
        • las-casas
        • casas parasitadas
        • los-barrios
        • otros dibujos
        • intervenciones
        • dibujines
info@leoridano.com.ar

TheArtLife

Leo Ridano · abril 10, 2018 · Por una vida más vida · 4 comments
0

LeoFRidano-F67984

I

Hace un año, más o menos, intentaba encontrar una nueva marca para mi trabajo fotográfico, es decir, algo que pudiera funcionar mejor que “Reflejos del bosque”. En nuestro caso, los hispanohablantes, no habría problema, pero con los extranjeros es un auténtico chino, complicado de escribir e incomprensible, de ahí que estaba rompiéndome el coco buscando qué usar.

Y entre todas las ideas que iban surgiendo, me di cuenta que tenía que ordenar un poco todo el despelote que se me suele armar al tener dieciocho mails (cuando ya nadie usa el mail casi), cuatro blogs, dos páginas, un catálogo y todo eso, tons, hice lo que me gusta: abrí el Xmind en la compu (un programa para brainstorming que es absolutamente hermoso -de paso, si lo quieren en tablet, prueben SimpleMind, otra joyita) y empecé a dibujar qué era lo que estaba produciendo en ese momento: fotografía de paisajes, de especies para identificación y otras como trabajo, pero en lo personal también estaba la escritura, otro tipo de fotografía un poco más suelta… y ahí tuve que buscar una forma de juntar todo esto, y ahí surgió TAL, es decir, TheArtLife.

Comprendí entonces que una gran parte mía pertenecía a mi vida artística, que ésta ya no se remitía a mi estudio fotográfico ni tampoco al momento en que estoy afuera en la naturaleza foteando, al trabajar de forma independiente, uno no puede marcar un límite tan claro entre la vida personal y la vida artística, más cuando uno vive en el mismo lugar donde trabaja. Ahí vi que esta vida, la artística, sucede tanto en el momento de crear, ya sea con la escritura o con la fotografía, como en el de evaluar (estos mismos) pero no termina ahí, no solo porque muchas veces me quedo pensando en cosas del trabajo sino porque a la hora de cocinar, la única forma que encontré de disfrutar ese momento y que no se convirtiera en un dolor de huevos, fue convirtiéndolo en un momento agradable, eligiendo la música que me gustaría escuchar, comprándome un cuchillo con el que me sienta cómodo, teniendo la posibilidad de elegir algún sabor para disfrutar mientras preparo la cena que nos tocará manducar. Sé que el resultado, es decir, la comida que llevo a los platos todavía no alcanzó el estado de arte (lo pueden asegurar mis dos conejas de indias que la sufren a diario) y a pesar que todavía no pasan de ser unos pedorros bocetos, no pierdo la esperanza. Más importante aún es que a pesar que ya cocino hace más de un año (siempre sin sal, lácteos, harinas, azúcares ni carnes e intentando que sea lo más crudivegano posible), es que todavía no me rindo e intento crear o al menos recrear nuevos gustos, persevero en la idea de combinar los colores de los ingredientes, sigo trayendo cosas raras de la feria donde compro los ingredientes para ver a qué saben y también sigo investigando y probando nuevas recetas que no imagino qué resultado o gusto darán. Y cada noche, luego de pelearme en la cocina por hora u hora y media según lo que haya tocado ese día más los añadidos (léase hacer la ensalada, galletas, comida de los bichos, salsas u otras cosas que no sean para la cena en sí), estuve disfrutando de un buen jazz y posiblemente de un Cabernet, un malbec o lo que haya tocado esa ocasión. Y lo que era trabajo y obligación, se volvió parte del placer. Y justamente, se convirtió en un gusto hacerlo porque pasó a formar parte de lo mismo, de mi vida artística.

LeoFRidano-F71526

II

Nunca encontré el nombre que buscaba.

Mi diseñador web y amigo me sugirió Patagonia-argentina.photo y por ahí fuimos. Me gusta para gringos, no tanto para argentos porque lo de “.photo” los mata. Y lo que en ese momento surgió como como proyecto a futuro quedó en el olvido. Ya había bocetado el logo incluso, pero no terminaba de entender qué significaba realmente el concepto de “mi vida artística”, que en español me suena tan pedorro que no puedo evitar llamarlo “The artistic life” o “The Art Life”. Y ahí quedó, puede que tenga la fecha por ahí, pero creo que no hace falta. Lo que en principio sería un gran sitio del que saldrían mi web de paisajes, otra de especies, dos blogs y una última galería, quedó en la nada. No le encontré sentido a juntar toda mi vida en un solo lugar más que en mi vida misma. Además, una de los website había muerto, los dos blogs estaban agónicos y la última galería nunca existió. Todo el año pasado fue para el nuevo website y ese ya tenía nombre.

Ok, cortamos ahí con el pasado.

Hoy, empecé uno de esos días en que no me cierra el blanco, el negro ni el gris. Uno de esos días en que envido a mi esposa cuyas matemáticas suelen estar más emparentadas con sus creencias que con los números y, haciendo dos cuentas, comprendí que ya tendría que ir haciendo la lista de conocidos a los que iré a visitar para pedirle laburo en los próximos días. Y tan rayado estaba que,cuando logré terminar las postales que estaba diseñando y desoyendo el pronóstico que casi personalmente me decía que iban a caer sapos del cielo con tanto viento me los metería por los ojos, me cambié, agarré la bicicleta y me fui a Bolsón a comprar verdura. Cualquier verdura, sí. Necesitaba las endorfinas. Peleando contra los elementos, sobre todo un vendaval que me mandaba para atrás, alcancé el puesto de verduras. Temía que no estuviesen por el día de mierda, pero no, estaban ahí, firmes. No tenían endorfinas, así que traje unas cebollas moradas, rúcula, espinaca, apio, perejil y pegué la vuelta.

El cielo se puso verdaderamente feo. Huracán escala 18. Plomizo el muy jodido. Nube tamaño “navemadreinvasiónextraterrestreya”. Y yo, lo miré, lo mandé a cagar, me ajusté las tiras de los pedales, prendí un podcast (en esta ocasión LensWork) y arranqué. Un ventarrón casi me hace entrar en la cola del cajero automático, pero lo zafé y enfilé para casa. Escuchar un podcast en estos momentos tiene un solo objetivo: lobotomía temporaria. Y venía bien, hasta que escucho que Brooks Jensen dice “The art life”… Lo qué? Mierda, volví para atrás un poco y empecé a escuchar con más detenimiento. Y sí, en una entrevista que le había hecho a Huntington Witherill salió el tema y éste decía que para él lo que contaba no eran las obras que hacía, es decir, el producto físico que iba a dejar sino que realmente, desde su perspectiva, era la vida que estaba viviendo lo que era su arte mientras todo lo demás, no era más que un testimonio de eso. Y joder.

Tons?

Estoy casi seguro que si mi vida artística depende de los testimonios culinarios que voy creando cada día estoy soberanamente jodido. Pero ahora, intentando hablar en serio, es más que interesante el tema ya que mucha gente se me acerca para que le enseñe fotografía por lo que se imagina que es la vida del fotógrafo en sí, lo cual no digo que sea bueno ni malo pero en este marco me parece que es exactamente lo que corresponde. Imagina una vida y da un paso hacia ahí. Pero luego, una vez adentro, no hacen otra cosa que copiar imágenes de otros, copiar estilos, intentar gustar, intentar ser famosos y atrás queda la vida de fotógrafo imaginada, convertida en algo intermedio pedorro que no logra explicarse.

Y si voy a mi. En qué me convertí? Hoy pienso que tuve demasiada suerte. Que a pesar de todas las peleas que dimos estos años sigo agarrado de la baranda y quizás a punto de caerme al precipicio. Sé que me cuesta mucho mantener la toalla en la mano y no revolearla a la mierda y buscar un trabajo normal que me permita llegar a mediados de mes al menos. Pero reconozco que sin darme cuenta, la voy barajando siempre de la misma manera, intentando encontrar placer en cada cosa, incluso en las que no me gustan, buscándole la vuelta para que las cosas que no elegiría no solo sean más potables, sino preferibles. Y hoy noto que mi forma de llegar a eso es a través del arte. Del mío y el de otros. Y cuando digo arte, me refiero a la vuelta de rosca que intento dar cada día o a la que dan otros pero siempre queriendo que esté repleta de armonía, gracia, amor y ganas de sumar con algo positivo en este inmenso universo en el que vivimos.

  Facebook   Pinterest   Twitter   Google+
artecalidadescriturafotografíavida
  • Kenya. Primer intento de texto.
    julio 15, 2016 · 0 comments
    Kenya. Es como una tierra virgen. Uno nota el paso del hombre blanco al ver las
    94
    0
    Read more
  • Top fotos o mis mejores fotografías de 2021.
    febrero 09, 2022 · 0 comments
    No tengo idea si da para hacer algo así, tanto el 2020 como el 2021 fueron casi
    98
    1
    Read more
  • O aquellas fiestas…
    enero 01, 2016 · 0 comments
    Bien, como me imaginaba y, aunque quise evitarlo, el fin de año y las fiestas
    1866
    0
    Read more
4 Comments:
  1. Me gusta Leo tu estilo fresco y verdadero.
    Me inspira al seguirte con tus idas y vueltas hasta q le pescas
    LA VUELTA q esta en consonancia con vos y tu vida!
    Bsssss: Maria Ines (tia)

    Enviado desde mi iPhone

    Maria Ines Albani · abril 10, 2018
  2. Una entrada compleja y que abarca mucho, pero una cosa es clara: la vida reparte las cartas y uno hace lo que puede con la mano que le toca, y vos hacés mucho con una mano no mala.
    Admirable.

    Martín · abril 15, 2018
    • Gracias, pibe.

      Leo F. Ridano · abril 15, 2018
  3. Muy bueno.
    Pero si no podés hacer todo lo que te gusta, podés tratar de que te guste lo que haces.

    Alberto · abril 18, 2018

Leave a Comment! Cancelar respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

No te pierdas ningún post nuevo!

Inscribite para recibir los posts por mail!

No me gusta el spam! Y creo que no haya nada más contraproducente que hacer eso con las direcciones de mail que nos confían. Por eso tu dirección será utilizada solamente para enviarte las entradas futuras o avisarte de ellas.

Por favor, chequeá tu casilla de entrada o la carpeta de spam para confirmar tu suscripción.


Más acerca del autor

En mi trabajo quiero transmitir sensaciones. Transportar al espectador a la simpleza, la perfección y lo asombroso del mundo natural, a esos momentos mágicos de conexión con éste, donde la maravilla del universo se traduce al lenguaje cotidiano por medio de líneas, planos, texturas y colores. Más en mi biografía.

Buscar entradas.


ENTRADAS RECIENTES DEL BLOG

  • Resurgir
  • Tormenta, y van…
  • Ser diferente.
  • Incendio… y van…
  • Nube negra.
  • Energías.
  • El sacrilegio.
  • Dejar el nido.
  • La rueda de la vida.
  • Curvas.
  • El verdadero ser.
  • La transformación.
  • Alivianar.
  • Despertar.
  • El remolino interno.


Categorías

Copyright © 2014 Soho WordPress Theme. All Rights Reserved.
info@leoridano.com.ar
info@leoridano.com.ar