Hoy a la mañana me encontré un blog de una chica, Cecilia Torres, que se llama “El camino de las 10000 fotos”. Lo estuve ojeando por arriba, lo que me dejó esa extraña combinación de conexión a Internet desde una chacra en cierta zona de Lago Puelo donde no llega ningún servicio en serio y la alucinante idea del diseñador de Windows X que creyó que dejar que las computadoras se actualicen cuando se les cante era buena idea. Desde mi corazón le deseo que durante el resto de su vida tenga un servicio de 512kb.
Pero en sí, cuando vi este blog y su nombre, supe que se refería a esas primeras 10.000 fotos que uno saca cuando empieza, que según autores y profesores, dicen que son las peores, que se necesitan esas fotografías para empezar a entender de qué viene esto de la fotografía. Y eso me disparó muchas cosas.
La primera, es que extraño en alguna medida esas primeras fotografías. Sí, hoy las veo y la gran mayoría son horribles, pero joder, cómo las disfrutaba! Cada búsqueda era un descubrimiento, las que salían bien un impresionante logro! Y cuando digo todo esto pienso en las primeras 10000 digitales, ya que de rollo con suerte si llegué a 1000 o 1500 en los 30 años que fotografíé. Y recuerdo esas primeras 10.0000 digitales porque fueron todas con una sola cámara, que vendí al llegar a la foto número 11.000. Una cámara que si hoy tengo que volver a usarla creo que me mato antes, sin embargo, tiene perlas que todavía hoy uso en mi trabajo, Y fue una cámara que conocí a fondo, sabía hasta donde daba, qué podía pedirle y qué no. Hasta que lo que no me dio fue suficiente para seguir caminando. Hoy me pasa que, pienso en fotografías que he hecho en aquel momento, con cinco megapixeles y con una compacta y, cuando quiero rehacerlas pienso, para qué? está mal, lo sé, pero lo pienso.
La segunda idea que me dispara es que es verdad, que luego de esas 10.000 primeras fotografías empezó otra etapa de mi trabajo. Mucho más interesante. Sin embargo, no creo que diez mil fotos te garanticen nada, salvo que estuviste trabajando duro y que, el trabajo duro siempre te lleva a evolucionar. Te ayuda a conocer el equipo, a conocerte a vos mismo, a esperar, a buscar, a editar y a entender la fotografía, principalmente.
Pero, a la vez, y a medida que seguís avanzando te puede llevar a sentir que ya hiciste todo lo que tenías que hacer. Sí, sé que hoy no lo pensás. Yo tampoco creí que podría pasarme. Pero puede pasar. Es transitorio. Se puede superar. Pero mientras lo vivís, no es agradable.
Así que, Cecilia, si es que estás leyendo esto, o para todos aquellos que están en sus primeras 10.000 déjenme pedirles algo: disfrútenlo, disfruten cada día la toma “número que sea” como si fuera la primera, con toda la sorpresa, el amor y la inocencia que uno le pueda poner. Si quieren denle bola al profe y hagan todo lo que les dijo, pero luego no se vayan, saquen una como realmente tengan ganas de hacerlo, aunque esté mal, aunque no la vea nadie luego porque la borrarán. Fotografíen pensando en clientes, en ventas, en bancos o en lo que quieran, pero cuando terminen con el trabajo sigan pero jugando, rompiendo las reglas, sacando como se les ocurra, aunque todo quede oscuro o claro o no tan nítido.
Porque muchas veces, en esos manchones, estarás vos. Y esa, aunque no se venda, no se felicite, no guste, no se retwitee y no se no se qué, es mucha más foto que las otras 10.000 que puedas sacar en el futuro.
Esto es algo que me encanta de los blog, el estar escribiéndole a alguien que no conocés, pero que a pesar de ello puedas generar con tus palabras una reacción en quien te lee, despertarles preguntas, memorias, reflexiones. Quiero decirte gracias por pasarte por mi página, y más importante aún, gracias por tus palabras y por compartir tus experiencias. Espero sepas que las tengo en cuenta, por eso llamé al blog “El Camino de las 10.000 Fotografías”, porque para mí lo importante en esa oración es EL CAMINO. No se que va a ser de mi cuando llegue a las 10.000, pero estoy disfrutando cada paso del camino, caídas, reveses, y vueltas a levantar incluidas. ¡Saludos!