Buenas días gente, cómo están?
Saco un cachito la cabeza del laburo para saludarlos y contarles que acabo de volver de una vuelta que hicimos por la carretera austral hasta las catedrales de mármol, cruzando de vuelta por Chile Chico y luego hacia el sur para pasar unos días al pie de la meseta del Lago Buenos Aires, en Santa Cruz. ¿Qué significa todo esto?
A ver, por partes. En Chile significa una impresionante exhibición de belleza paisajística por un lado, cruzando constantemente caudalosos ríos entre paisajes de montaña y de selva valdiviana y, por el otro lado, habrán imaginado, bellísimos y exuberantes ejemplares de esta selva: flores, helechos, arbustos, árboles… cada uno más impresionante que el anterior, algo así como los padres de algunos ejemplares de la selva valdiviana que encontramos acá, pero en muchos casos más sanos, fuertes y grandes. El sueño de todo fotógrafo! Y todo esto sin contar la amabilidad de su gente y lo pintoresco de su paisaje urbano.
Al cruzar a la Argentina la cosa cambió, entramos en Los Antiguos donde nos tomamos un descanso y luego bajamos por una de las rutas más interesantes que conocí en Santa Cruz, la ruta 41. Esta ruta de ripio corre paralela a la cordillera entre paisajes de estepa de altura, de los últimos bosques, con muchas flores de montaña y elevaciones impresionantes. Y desembocamos finalmente en la estación biológica desde donde se organiza y monitorea el cuidado del macá tobiano, de los pocos ejemplares que quedan y que están intentando preservar. Este macá tiene su ciclo reproductivo arriba de la meseta, en las muchísimas lagunas que hay ahí arriba. Y acá viene un punto interesante.
Hace muchos años conocí Santa Cruz, en aquel momento recorrí a dedo desde Neuquén hasta Río Gallegos y fue la primera vez que vi las mesetas patagónicas. Siempre las tomé como montañas bajas, cortadas horizontalmente y ya. Pero no, al menos este caso no es así, es un ambiente absolutamente aislado donde no entran caminos, donde hay un mundo absolutamente aislado. Cubierto por la nieve gran parte del año, con lagunas de deshielo más tarde y sequía en todo el resto. Sin un árbol y casi sin arbustos diría ya que los que hay son muy bajitos. Una que otra flor aislada, bastantes especies de aves y lagartijas de varios colores, azules incluso. Ahp, y caballos baguales, bellísimos, que aunque exóticos y dañinos, no dejan de ser hermosos cuando galopan todos juntos.
Posiblemente suba algún relato algún día, no lo sé, llegando el verano el tren viene de frente y no para y las dos mil quinientas fotos que me traje se suben a los cientos que había dejado pendientes antes de salir.
Pero bueno, ya veremos.
Leo… muy bueno y lindo relato!!!…. Si todo anda bien en Enero andaré por las Catedrales de Mármol, saludo Sebastián, Esquel.
Muy bueno, vale la pena.
Tené en cuenta que, yendo por la ruta al sur por 5 km, llegás a puerto marmol, de Pedro Contreras. Me parece que el paseo ahí es muchísimo más barato (nosotros hicimos ese así que no sé los otros precios, pero ayer me contaban que era carísimo). Verificá igual por las dudas.
el que yo te digo es http://www.marmolguias.com
Me encantó , ya planeando visitar ( nuevamente) la zona con más tiempo. Gracias por reflejar con el corazón
Muchas gracias por leer!