“Vemos con la mente. Experimentamos, percibimos e interpretamos lo que nuestros ojos ven. Es por eso que dos fotógrafos pegados el uno al otro, a menudo crearán dos fotografías muy diferentes. Sus ojos ven la misma cosa, pero sus mentes, hacen cosas muy diferentes al crear la fotografía. No es nuestro ojo el que se inspira o distrae, sino nuestra mente.”
David DuChemin
SI tuviera que nombrar alguna característica diferencial entre mi vida amateur y mi vida profesional como fotógrafo, creo que estaría muy relacionada con la frase de DuChemin. Uno como amateur muchas veces no sabe interpretar por qué las fotografías de un día determinado o de tal o cual momento no nos satisfacen y, en cambio, otros días son todas increíbles. Siempre pensé que la respuesta a eso era la luz de ese día en particular y sí, desde ya que puede haber tenido alguna ingerencia pero, al menos en mi caso, hace mucha más diferencia cómo estoy yo en el momento en que estoy el lugar. Si no estoy conectado, estoy distraído o estoy preocupado con otra cosa; si no puedo fluir y hacerme uno con el momento, las fotografías no llegan, no se logran, no salen y tampoco terminarán apareciendo en mi computadora cuando las baje. Y es porque mi mente no está ahí, justamente.
El viernes pasado, por ejemplo, recorrí una senda en el lago Roca. Día despejado, pleno mediodía, creo que no hay peores condiciones para fotografiar dentro del bosque. Sin embargo, quería estar ahí, tenía ganas de que mi mente vagara por el bosque, entre las flores de los diferentes Berberis. Y como necesitaba hacer ciertas tomas de ellos me las fui rebuscando, buscando reflectores o tapando el sol o jugando con diafragmas y contrastes. Fue una linda caminata, encontré ejemplares que nunca había visto y pude avanzar en mi lista de pendientes para ciertos proyectos que estoy encarando. Con eso ya estaba completo, pero no, volvieron conmigo además algunas perlitas nuevas, algunos susurros del bosque escuchados y disfrutados por un largo rato.
Excelente, Leo! Muchas gracias por permitirme pasear a mí también por ése bosque.
Ya dije lo que pensaba de esta foto en Facebook, fascinante.