Blanco y verde

Paisajes de laderas cubiertas de nieve en la estepa patagónica. Cercanías de El Maitén, Chubut.

[spacer height=”30″]

Me subo a una loma de donde creo tendré una buena vista. Cuando llego veo que no le pifié. Me satisface. Un paisaje nevado explota a lo lejos, estepa y nevado es algo así como una trama de Roy Lichtenstein un poquito más aburrida.

Elijo una focal larga que me permita pegar los planos, comprimirlos, que me ayude a transformar lomas y paisajes esteparios en líneas y planos abstractos. Pruebo diferentes tomas, intentando llevar al máximo la calidad del sensor ya que tengo intención de lograr una ampliación interesante.

En casa proceso la toma y, antes de convertirla en blanco y negro, decido jugar con los colores un poco. Ahí es donde encuentro esa zona de pasto verde que resalta, que me da un toque, que me quita el frío, que enciende el sentido, que completa la experiencia. Sí, ya sé, que ¿es solo un manchón verde? No, es vida en un paisaje dormido, es color en un monocromo, es quien llama tu mirada y te permite encontrarte acá.