Un grupo de patos maiceros piensa si se manda o no al agua. Bah, no creo que fuera así, pero eso parece.
Mañana fría, horrible más bien. Me acerco a la costa y los veo. Ellos también. El agua está helada. El aire está helado, húmedo, un viento horroroso, es decir, bien invernal. No tienen ganas de meterse al agua. Yo tampoco quiero que lo hagan.
Tiro una foto y me acerco más. Y otra. La luz está complicada pero no quiero levantar el ISO. Llevo el trípode sin extender para que no se asusten. Me acerco un poco más. Y vuelvo a disparar en el momento que una ola revienta atrás.
Recién en casa descubrí la velocidad de 1/30 que estaba usando.
Si, me las mando. Sobretodo cuando me concentro en la imagen. Y gracias a que me mando estos “descuidos” es que luego encuentro sorpresas, como estos patos bien definidos delante del agua movida y que, justamente, es lo que para mi le da vida a esta imagen.