Vivir de la fotografía de naturaleza (parte 8)
Cómo comercializaré esto?
Como comercializaremos esto? Cómo facturaré? Cómo se llamará mi empresa? Haré publicidad o no? Quién me hará el logotipo? Tendré tarjetas? Web? Facebook? Instagram? Un mail? Dos, tres, quince mails? Cómo manejaré los precios? Cuánto pretendo ganar? A dónde quiero llegar? Y así mil preguntas hay que hacerse cuando se encara este asunto. Preguntas horrorosas algunas, lo se, pero descubrí con el tiempo que aunque no te las hagas y las respondas de entrada, tendrás que hacerlo en algún momento. Y bajo presión es horrible.
Muchos pensamos bue, armo la web, subo a facebook y si pica alguien veo.
De golpe alguien pica finalmente, le paso un precio cualquiera y estoy chocho porque vendí una foto o hice un social y saqué unos mangos. Y al toque tengo que salir corriendo a manguearle una factura a un amigo para zafar el momento. No pasa nada, lo hemos hecho todos.
En mi caso mangueé facturas hasta que perdí una editorial como cliente simplemente por avisarles que no facturaba a mi nombre todavía. Y estuve a punto de perder un par de clientes más hasta que me di cuenta que sería imposible crecer si no me inscribía en el monotributo y sacaba mi CUIT. Si, es un garrón, lo sé, pero es parte de la apuesta. Y esos quinientos o seiscientos mangos mensuales serán parte de tu gasto fijo hasta que logres crecer.
Entonces, veamos una lista de cosas que deberíamos hacer antes de arrancar:
- Decidir una marca, ya sea nuestro nombre o un nombre de fantasía (entre nosotros poner Leo Ridano Photography no suena más cheto, suena hasta bobo casi, salvo que solo quieras laburar con clientes extranjeros).
- Contratar un diseñador que nos haga un logotipo y la papelería básica, es decir, unas tarjetas personales, las facturas, recibos o, al menos, papelería digital para que todo lo que hagamos profesionalmente tenga una imagen coherente. No olvidarse de diseñar las cajas o sobres o tubos en los que se entregará la mercadería. La presentación ante el cliente es muy importante.
- Hacer un website de nuestra marca. Esto es fundamental, es común ver cada vez más fotógrafos que dependen del facebook para mostrar sus trabajos. A ver si queda claro, el facebook no es serio. El facebook no es confiable. El facebook sirve solo para el pelotudeo cotidiano y generalmente para el boludeo gratis. Así que salvo que des clases básicas de fotografía o hagas cumples de quince o books para niñas puede que el facebook no sea lo tuyo como comunicación principal, si para apoyar, desde ya. El website del fotógrafo es donde busco lo pulenta, su laburo, su mirada, su estética. Que no tengas un website me habla muchísimo de vos.
- Programar una estrategia para las redes sociales. A ver, vuelvo a Facebook por un ratito. Las redes sociales son muy buenas para difundir la noticia de que existís, pero no necesariamente para traerte clientes. Y menos aún clientes buenos. Hay que estar en las redes para existir.
Sin embargo, si tenés la capacidad para estar unas tres o cuatro horas por día saltando de Facebook a Twitter a Instagram a Google+ subiendo fotos a todos lados, opinando por todos lados y vendiéndote por todas ellas, muy posiblemente pegues una ascensión interesante. Tu objetivo, que sepan que existís y que vayan a tu web a consumir lo que ofrecés: cursos, sesiones, fotografías, libros, lo que sea. Si lográs esto, la cosa irá bien. Si no conseguís que vayan a tu web pero tenés diez mil seguidores o más, puede que te llame alguna empresa para sponsorearte. Quién sabe. Si ese es tu objetivo o está dentro de lo tuyo, buenísimo. - Yo te recomendaría que empieces un blog. Suele ser donde podés captar un público más tuyo y donde te das a conocer un poco más. Pero acá en Argentina no se dan tanto los blogs, así que lo dejo a tu criterio.
- Inscribirnos en el monotributo o lo que corresponda. O al menos averiguar bien cómo es la cosa por si tenemos que salir de raje a hacerlo.