Vivir de la fotografía de naturaleza (parte 2)
La gran pregunta es: ¿puedo vivir de esto?
Es como que se instaló la idea de que la fotografía sólo da de comer si uno hace sesiones particulares, sociales, publicidad o fotoperiodismo. Bien, algo tiene de verdadero todo esto y es que en todos estos casos el cliente sabe de antemano qué esperar del fotógrafo como resultado (un libro, una serie de fotos digitales, etc…) e incluso tiene una idea de qué montos se manejan y no se pone blanco cuando le decís un precio ya que él estaba esperando que costara un décimo del número que le tiraste por “la laminita esa”.
En mi caso, como ya dije, me dedico a fotografía de naturaleza exclusivamente y la respuesta al título es “no”, todavía no logro vivir de esto. Aunque lo vengo peleando hace años y más o menos voy descubriendo por dónde va la cosa, sigo intentando ser fiel a mi mismo y esto hace que sea un poco más cuesta arriba.
Si lo analizo respecto a lo que fue mi estrategia original, me equivoqué al quedar tan atado a las fluctuaciones del turismo que visita El Bolsón o la Comarca Andina y, en años como éste, en que los porteños se escapan para otro lado, la venta no alcanza lo que fue en otras ocasiones.
Paralelamente tengo algunos productos que mantienen una base mensual y también sigo manteniendo trabajos alternativos, con la idea que vayan decreciendo a medida que mi empresa de fotografía mejore la facturación.
Igual, tengan en cuenta que ésta es solamente mi realidad y no la de los fotógrafos de la Comarca, menos aún la de todos los fotógrafos de naturaleza. Lo que si tengo claro es que:
- Porque a mi no me vaya bien no a todo el mundo le va mal.
- Que no esté facturando lo que había planeado no me obliga a tener que prostituirme y meterme en todas las ramas de la fotografía existentes. En caso que hiciera eso es porque lo elijo, no por obligación.