Y lo que en algún momento creí que sería el comienzo del ocaso de mi vida, veo que no, que es simplemente un momento más. Pero un momento que agradezco poder vivir, a diferencia de algunos amigos y unos cuantos conocidos que no pudieron. Lo cual, no sé qué quiere decir. A esta altura, intento no juzgar las cosas que suceden, pues es imposible acertar si son correctas o no, buenas o no, positivas o no. Y, aunque por un momento creyera haber encontrado la respuesta correcta, también sé que esta puede cambiar en pocos cualquier momento.
Porque somos seres que van cambiando, evolucionando, modificando pensamientos, actitudes, sentimientos. Y entre tanto cambio, también se modifica la forma de ver las cosas, cómo las siento, cómo reacciono ante ellas. Y aunque hay miles de cambios, si me comparo con un yo más antiguo, veo que la esencia es la misma, tengo los mismos pajaritos volados que tenía a los quince, aunque posiblemente algunos sean pajarracos ahora, no dejan de pedirme que vuele, constantemente.
Tuve la inmensa suerte de nacer en una excelente familia. Sé que les he dado unos cuandos dolores de cabeza o de huevos, pero bue, es parte de mi forma de ser. La idea nunca fue joder, sino intentar no dormirme.
Tuve la suerte de haber vivido sano. Agradezco al universo por eso.
Tuve la suerte de conocer muchísima gente hermosa y haber vivido historias alucinantes o aburridas o normales u olvidables, pero gente hermosa en fin. Gente que fue y es aún parte de mi camino, de mi cada día, de mis recuerdos, de quien fui que a su modo son el “quien soy”.
Tuve la increíble suerte de conocer, entre tanta gente, al amor de mi vida, mi chica, y que hoy está aquí conmigo (y que no suele gustarle todo esto de las redes sociales por eso la dejo ahí), sé que muchas veces le gustaría que le cuente un poco más mi mundo, pero bue, es demasiado enrollado hasta para mí y por eso prefiero dejarlo pasar y vivirlo, en vez de entenderlo para contarlo. Te amo mucho.
Y con mi negra, fuimos bendecidos con una hermosa hija, otro inmenso regalo. Y acá me quedo sin palabras porque esto es algo indescriptible.
Agradezco de absoluto corazón cada uno de estos grandes regalos que me dio Dios o como quieran llamarlo.
Y es por esta inestimable cantidad de regalos y bendiciones que he recibido a lo largo del camino, que no puedo bajar los brazos, no puedo conformarme con sentarme a ver la vida pasar, no puedo creer que esto haya sido todo lo que vine a vivir y es por eso que jamás quise ni pude conformarme con lo que había. “Somos peregrinos – me dijo José Antonio Riera hace mil años – somos buscadores y como tales no podemos estar quietos, tu nunca podrás estar quieto.” Y no pude, no puedo. Y no quiero.
Por suerte, los años me han enseñado a no siempre buscar el por qué, y en vez de eso simplemente creer, aceptar y agradecer. Sin embargo, sigo buscando lo que vengo a dar, a ofrecer, a devolver. Y no siempre estoy del todo convencido que sea mi arte, ya sea la fotografía o mis muchas veces abandonadas letras, no, realmente no lo sé. Pero sigo intentando. Y justamente ustedes saben mucho de esto. Mis fieles seguidores de tanta palabras perdidas, pensamientos al viento, escupidos como por azar, pero que bien saben que no es tan así.
Porque, gracias a Dios, en tantos pero tantos años, he podido mantener casi toda mi espontaneidad, mi “tiro al aire”, mis respuestas sin filtro, y si tuviera que serles franco, me encantan. Lamento si alguna vez dañaron, nunca fue el objetivo, jamás. No es esa la idea y nunca lo fue.
Por eso, gente, hoy quiero contarles, sin rodeos ni embellecimientos superficiales:
Que creo que el mundo es perfecto, que la vida es perfecta y que todo se da como pedimos.
Que también creo que no sabemos pedir, que no creemos que seamos nosotros mismos los que le damos forma a nuestra vida y a todo este sinfín de acontecimientos que vivimos a diario.
Que creo que todos los humanos son buenos por naturaleza, tanto como el resto de los seres con los que compartimos esta era.
Que creo que nos cuesta ver más allá de nuestra nariz y desconfiamos, justamente por creer que el mundo está en contra nuestra.
Que creo en tus acciones mucho más que en tus palabras.
Que creo en mis acciones, mucho más que en mis pensamientos.
Que creo que hay un Dios al que jamás pude encontrarle un único nombre y que durante estos últimos cincuenta años he estado agradeciéndole cada día vivido, cada regalo que me dio y cada paso del camino. Y hoy quiero hacerlo de nuevo.
Gracias Señor por estos cincuenta años.
Muy Feliz Cumpleaños, Leo! Gracias por compartir tus sensaciones ante este numerito… =) Todo lo mejor en esta segunda parte de la vida que estás empezando con tu hermosa familia!
Muchas gracias, Mónica!
Excelentes pensamientos y palabras. Claro que no es el ocaso, eso no va con tu espíritu en constante crecimiento.
Importante agradecer cada diatodo lo bueno que Dios nos da y todo lo malo que nos evita.
Te quiero chaval, sigue asi que vas por buen camino…como aquel que hiciste un dia y repites continuamente.
Besos a los tres
Gracias Uka, por tus palabras y tu apoyo constante.
Recién, respondía los saludos en Facebook, (lugar que no termino de entender del todo), pero que al menos, una vez al año, me da la posibilidad de agradecer millones de veces seguidas, pensando en el destinatario, agradeciendo interiormente.
Es lindo realmente.
Abrazo y felicidades a ustedes por allá también!