El segundo acuerdo del libro “Los cuatro acuerdos”, de Don Miguel Ruiz, habla acerca de no tomarnos nada en forma personal.
La fotografía que subo hoy me encantó. Pero me encantó principalmente como concepto, ya que no logro encontrar en ella la imagen que se arma en mi cabeza. El punto es que la toco y la toco y no llego. O tiene mucha luz o pierde el clima o no expresa lo que quiero que exprese. Y aunque no sea a esto específicamente a lo que se refiere el libro, no es difícil tomarse una traba como esta, la de poder preparar la foto como uno quiere, como algo personal: una imposibilidad debido a conocimientos, por falta de madurez visual o vaya uno a saber. Y tampoco es raro empezar a transformarla en un “desafio personal” el llegar al resultado que uno quiere, en vez de dejarla a un costado hasta que madure sola.
Por eso la subo así. Y si algún día logro llegar a lo que tengo en el bocho, les cuento.
Maravillosa así, con los colores, las nubes, todo. El único problema es que es hipnótica.
Me alegro entonces! abrazo y gracias.}
Qué bellísima foto!! no puedo dejar de mirarla …
Gracias Sonia, todo un honor.
cuantos escenarios diferentes, me gusta
Me gustaría saber desde dónde tomaste esta fotografía pues además de haber vivido en El Bolsón unos 6 años vuelvo a visitarlo en cada estación y jamás vi esto! por favor te agradezco la información 🙂
Hola Marta, te pido disculpas pero se me transpapeló este comentario. La fotografía esa fue tomada en el Cañadón de la Mosca, alrededor del primero de mayo de hace unos años. Y es típico que no hayas visto eso, por un lado porque con la helada que había era un peligro andar por ahí, segundo es que si vas a Bariloche con helada no mirás para atrás en cada curva y tercero porque no se conjuga la niebla y los colores de otoño todos los días…. saludos y gracias.