El sabado pasado, día de su cumpleaños número 44 y luego de una ceremonia al amanecer en el lago Gutierrez, nos trasladamos hasta Villa Llanquín para liberar el espíritu de nuestro amigo Canu.
No tengo demasiado que contar. Eramos 9 los que acompañamos a Silvia a liberar sus cenizas en la condorera. Larga caminata cuesta arriba, conducidos por José Antonio, poblador local y otro amigazo del Canu según él mismo me contó. Subió con dos caballos, el suyo y otro para el que lo necesitara (y que no nos negamos a disfrutar unos cuantos).
Como era obvio del Canu, hubo linda foto, lindo ambiente y linda gente. Ironicamente, casi todos los que estábamos ahí estuvimos más de una vez a punto de visitar esa condorera pero era algo que había quedado para “otro momento”. Y llegó ese otro momento, solo que sin él.
Me deja pensando y también los quiero dejar pensando. Nada raro, sólo eso.
Hiciste todo lo que querías hacer hoy?
Abrazo
Hermoso relato. Hermosas fotos. Conmovedor.
Muchas gracias Leo.
Un fuerte abrazo.
Me parece preciosa la ceremonia de despedida que le hicieron a tu amigo. Seguramente desde donde esté les estará mas que agradecido.
Un fuerte abrazo
Muy lindo gesto de parte de todos! precioso!. besos