Algunos eventos aislados entre si, me llevaron al replanteo de lo que significa ser fotógrafo o, más bien, lo que para mí significa serlo.
Al bucear entre amigos encuentro reporteros gráficos que creen que es el momento y la expresión del hecho, otros que hacen “fotografía artística” (detesto esta denominación) opinan que la imagen tiene que estar perfectamente compuesta, diga lo que diga. Otro que hace fotografía publicitaria me dijo que está todo en la luz y el contraste. Y si tuviera más edad la cosa es con una Leica y hay que ser como Cartier Bresson. Y así sigue por horas hasta que te acercás a la nueva idea de la fotografía, como por ejemplo los estenopeicos, es decir, con una caja agujereadita hacen fotos y les encanta porque es el origen, o los que compran un lente berreta de 20 dólares y se lo ponen a una cámara de 3000 para darle un efecto berreta. Los que mueven las fotos para darles movimiento, los que las empañan para darle clima, los que sacan con el teléfono porque mirá lo bien que saca o los que siguen sacando con rollo porque era muchísimo mejor. Y, finalmente, los que llegan a la reflex, subieron una foto al face o a flickr y fueron alabados, ovacionados…
Y, para ser franco, no es que esto me moleste, al contrario. Ya lo vivi con el diseño gráfico. Recién recibido y orgulloso con todo lo que me habían inculcado en la facu, empezó la locura del diseño por todos lados y a partir de ahí cualquiera que supiera usar un poquito el Corel era diseñador. Tan cierto y efectivo como que quien sabe programar html o css es diseñador web, tan confiable como alguien que es constructor porque construyó su casa.
Y lo más raro del tema no es solo que la gente se autoproclame y autodesigne sino que haya un público que se lo crea y los contrate. Pero tampoco esto es lo que me preocupa. Allá cada uno con lo que decide.
No, lo que me hace ruido es que luego de muchos años fotografiando como amateur y luego algunos más como fotógrafo profesional, siento que recién ahora estoy llegando al punto de asomar la trompa en la verdadera fotografía. Y cuando digo asomar la trompa me refiero a eso, no es falsa humildad ni alguna otra pedorrada de esas. Hay tanto, tanto para aprender, tanto para tener en cuenta al momento de disparar. Y aunque de a poco voy logrando parar la pelota y repensar las cosas cuando fotografío sujetos estables, es difícil, porque siento que me sale el diseñador por los poros y es él el que compone y dispara, no el fotógrafo. Pero lentamente empiezo a callarlo, aunque no sepa muy bien qué decir después.
Porque más difícil que parar la corrida y pensar lo que estoy haciendo, es salir del molde del maestro: sea éste aquel que te enseñó, el que escribió ese libro que te pegó o el que filmó ese corto impresionante. Salir del molde y buscar cuál es lo de uno, cuál es mi arte, cuál el tuyo, qué querés expresar con tus imágenes? o, como decía hace tiempo, qué catzos viniste a hacer a este mundo?
Y, no solo estaría bueno que hiciésemos lo que vinimos a hacer, sino que también pongamos todo lo que podemos por llevarlo a cabo bien, con amor, aprendiendo, perfeccionándonos, jugándonos a dejar lo mejor. No importa que el cliente no se de cuenta o que al receptor no le interese, porque en cada cosa que hacemos mostramos un pedacito de nosotros. Y, sinceramente, me parece importante que nos demos cuenta ahora que la gente si se da cuenta y no es tan ciega.
Vivimos en un mundo de moldes y es dificilísimo romper el que compré, me autoasigné o vaya uno a saber qué. Pero creo que vale la pena no solo romperlo, sino crear uno nuevo con lo que la vida me dio, sea como sea.
Abrazos.
En mi humilde opinión, ser un profesional, en cualquier campo, significa poner lo mejor de uno mismo en aquello quese hace.
El conocimiento es importante, pero tambien lo es reflejar en tu obra el asombro por aquello que estás fotografiando, la admiración por lo que descubres detrás del objetivo, el dialogo con ese ‘objeto’ que se vuelve ‘sujeto’ en tu instantanea.
Creo que sos un profesional, independientemente de ser tu fan nº1. Besos
Esencialmente, te tienen que gustar tus fotos (al margen de la cámara), y si sos bueno (o arrimás), por estudio, experiencia, ojo o lo que sea, seguramente a alguien más le gustarán. Después, están las preferencias personales, me gustan las fotos tipo “National Geografic” por su aparente espontaneidad, y las publicitarias (que requieren costosos equipos y camino recorrido) o de estudio en general me resbalan. De todas formas, para sacar buenas fotos en general (profesionales o no) parece que hay que saber del tema nomás. Abrazo
Leo:
Creo que lo que te pasa a vos con las fotos es lo que tarde o temprano nos pasa a muchos: enfrentarnos con la pregunta de por que o para que estamos recorriendo el camino de la vida.
Cada uno puede tratar de responder… o de no escuchar, según las ganas de seguir preguntándose otras cosas.
Las respuestas andan probablemente por lo que comentás: ser curioso, perfeccionista y hacer las cosas con amor, que no es poco
Abrazo.
Eduardo.
Te lo robo leo, saludos, la yerna
si es para un fin noble…
🙂 abrazo.