No hay caso, decididamente no tengo la capacidad o la constancia o el cerebro tan dominado como para lograr escribir una entrada prolijamente y luego publicarla. Hace dos semanas empecé a escribir una en un editor de texto, fui corrigiéndola y dándole forma, luego me colgué, hoy la vuelvo a agarrar y estoy escribiéndola hace media hora para darme cuenta que ya no dice lo que yo quiero ni refleja la idea que tenía en mente. Así que voy a escuchar a mis instintos y vengo directo. Boceto en la entrada misma y ya, espero que no quede muy mal, al menos, será más auténtica.
Digamos que recién ahora pude unir los conceptos “velocidad de la vida” con “necesidad de adaptarme a los cambios”, y este con “importancia real del cambio en si” el cual, finalmente, me devuelve otra velocidad de vida.
Es decir, hace una semanas tuvimos unas brutas heladas en la zona. El agua se congeló mucho mucho, y nadie hablaba de otra cosa, y saque fotos, y el agua se evaporó, absorvió, descongeló o no se qué, pero se volvió a reconvertir y no hubo más helada y no se habló más de ella pero si de la lluvia, y de cuanta lluvia, hasta que dejó de llover y el tema volvió a ser la helada y yo no puedo evitar pensar en cuántos años, cuántos ciclos llevamos ya de lo mismo.
Me sorprende lo rápido que cambian las cosas actualmente, lo rápido que cambia la gente, lo rápido que cambian las generaciones y lo rápido que pasa todo. Y este “todo” es la “vida” que pasa a los pedos hasta que uno para y la mira. Y sonríe, ella siempre sonríe. Y te muestra como todos esos rápidos e importantes cambios no son más que los mismos de siempre.
Hoy tengo la suerte de tener una hija que está entrando en la pubertady amigos de entre 20 y 75 años saltando de a 10 como mucho. Y enla gran mayoría de los más jóvenes reconozco mis etapas vividas, y son iguales, exacta y detestablemente iguales, mismas rebeldías, sueños, idolatrías, espejismos, añoranzas, esperanzas, peleas o lo que fuera. Y eso, me ayuda a mirar diferente a los mayores. Merda, ahora entiendo por qué los que me caen bien me caen bien y por qué los que no, no. Así que mejor sigamos hablando de la helada (la cual, a veces, siento que se antropomorfiza).
Salud.
Las heladas, los caños sin agua… recuerdos….
Es verdad. Aunque imagino que te quedará la parte poética, como todo recuerdo. El caño congelado sigue siendo desagradable… jeje. saludos.
Lo rápido que pasa todo… A mi asusta realmente… y que difícil es parar para disfrutar…
Y bue, puede que ahì estè el aprendizaje, no?? Saludos y gracias.