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Arena volcanica en el lago o el movimiento de la quietud.

Leo Ridano · septiembre 01, 2011 · Fotografía, Fotografia de aproximacion, Fotografia de naturaleza, General, Relatos del bosque patagónico · 2 comments
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Hola gente, como va?
Hará un par de meses, en un viaje a Bariloche, bajé al lago Gutiérrez a tomar unos mates, pues estaba sobrado de tiempo y había dos Quetros que quería fotografiar… (Que qué son quetros? ah, perdón, aves… eh… plumiferos… de agua… bah, patos, pero no, no deben ser patos porque sino se llamarian patos y no quetros, pero bueno, les dicen Quetros. Son Tachyceres y no Anas como son los patos mas comunes, aunque ahora que lo pienso hay patos que son Oxyura o Lophonetta…) bue, no importa, decía que bajé a la playa a fotografiar dos… bichos que descansaban en una piedra.

Foto va, foto viene, los bichos no se movían. Me acerqué más y ni bola hasta que llegué a la orilla. Tomaba mate cuando bajé la vista y vi mejor el suelo. Este, cubierto de arena volcánica (recién caidita del volcán Puyehue) estaba teñido de un blanco grisaceo diferente y me pareció que sería buenofotografiarlo para tenerlo de recuerdo y, como siempre, empezaron a ocurrir esas cosas que no espero que pasen cuando estoy fotografiando pero que, por otro lado, agradezco que sucedan.

Me llamó la atención la combinación de quietud y movimiento: quietud de las piedras y movimiento del agua, pero visualizándose mucho más gracias a la arena volcánica que a diferencia de la común, flota. Me encantó. Cambie el lente y me puse a disparar, pero no tenía taaaanto tiempo así que no ude sacar más que unas pocas fotos y seguí camino pensando pasar nuevamente a la tarde cuando volviera. No recuerdo qué sucedió pero me fue imposible. Y tambien en el siguiente viaje pues diluviaba. Así fue como quedó pendiente.

La semana pasada volví. Me había quedado cebado pues la vez anterior no había podido conseguir lo que quería.
Pero no. Lo de siempre. Un sol brutal daba otra luz, sombras profundas y claros fortísimos… el lago estaba más bajo, la arena no se movía… Igual probé hacer algunas fotografías tapando el sol con las piernas. Recordando lo que había fallado la otra vez, intenté armar encuadres, buscar dónde se movía la arena… Fueron apareciendo imágenes pero no era lo que quería. No había llevado botas de goma y como iba por otros motivos no estaba vestido tan rata como hubiera necesitado; estas son situaciones que dan para despreocuparse si la rodilla llega al agua o no, estar lo más cómodo posible y relajarse, dejarse llevar por las piedras, el agua, el movimiento… Decididamente las fotografías hay que hacerlas en el momento en que uno las ve, pues no siempre se puede volver más tarde a buscar algo, pensando que se encontrará lo mismo porque casi nunca es así. Mis sujetos fotográficos cambian en forma constante, ya sea rápida o lentamente.

Si, todo cambia, las piedras, el agua, la arena, las aves… la vida en si y las cosas de la vida. No solo en fotografía, uno intenta volver al pasado esperando encontrar lo que en otro momento hubo, pero es clarísimo que al pasado no se vuelve. Inexorablemente a donde se llega es a un nuevo presente que, a lo sumo, podría tener alguna similitud con lo que ha ocurrido tiempo atrás (años, meses, días, minutos o segundos antes) pero que no importa ya, pues no es igual. Jamás algo volverá a ser lo mismo y eso es hermoso, es lo que hace que cada día sea diferente, que cada relación vaya evolucionando y que nosotros intentemos evolucionar también. De esa manera, aquel lugar que nos encantó en un primer reconocimiento puede ser que la próxima vez que lo veamos nos vuelva a gustar desde un lado diferente o no nos guste siquiera, pero siempre deberíamos verlo desde una nueva perspectiva y no intentar retomar el estado en que estábamos “aquella vez” antes de irnos.

No sé si llegué a entender esto aquella tarde aunque, habiendo visto hoy la serie entera de fotos de aquel dia, me doy cuenta que de a poco fui comprendiendo que no debía seguir buscando dibujos perdidos sino que debía crear nuevos, es decir, armar una nueva conexión con las piedras y la arena. Vaciar la mente de preconceptos o bocetos que había llevado y ver qué había ahí para mi. No sé si lo conseguí y, para ser franco, mucho no me importa pues ya pasó y no puedo cambiar lo que está hecho.

A lo sumo, puedo volver otro día y empezar a jugar otra vez.
Y esta idea, me parece mucho mejor hallazgo que la foto en si.

PD: Hay un poquitito más en la web por si les gusta, en la galeria UF!

 

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2 Comments:
  1. Muy bueno, Leo, eso de que no hay que volver buscando aquello que uno dejó o creyó dejar. No siempre es posible, pero hay que tener una mirada nueva cada vez. Gracias por tus posts, los leo siempre con mucho interés y con gran empatía. Hermosas las fotos, además…
    Un abrazo,
    Alicia

    Alicia Peiró · septiembre 01, 2011
    • Gracias Ali, es verdad, uno leyo muchas veces lo de no volver, pero nunca crei que tambien se referia al supermercado, ni siquiera volver a comprar tal marca de manteca porque hoy es hoy y no ayer o a algo tan tonto como a agarrar a mi perra porque aprendio a esquivarme o a peinarme ya que no tengo más pelo. Siempre crei que se referia a esas cosas importantes pero tan importantes que nunca pasan… Besos. Leo

      Leo F. Ridano · septiembre 01, 2011

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